POR LA HOZ SECA HASTA LA CUEVA DEL TORNERO

La cueva del Tornero (Checa, provincia de Guadalajara) es una interesante cavidad, con un gran desarrollo horizontal, galerías amplias y hasta zonas con agua. Desde luego merece una visita para cualquiera que sea aficionado a la espeleo.

La forma norma de llegar a ella es desde Checa, tomando hacia la Cuesta del Pellejero, hasta el borde del valle que forma el río de la Hoz Seca. Desde allí, se baja al valle por una senda en diagonal que nos lleva hasta gran boca de la cavidad.

Hay otras posibilidades, desde luego, y la que voy a comentar aquí merece la pena por sí sola, es una ruta que “autojustifica” y que además nos lleva a la Cueva del Tornero.

Se trata de descender por el valle de la Hoz Seca hasta encontrar la cavidad. Podemos empezar a descender desde la carretera que va desde Orea al camping Orea, cuando pasa junto al río, hay ruta señalizada para ello. Esa ruta llega hasta un puente donde una pista procedente de Checa cruza el río. Es desde aquí donde comienza el itinerario descrito ahora.


(El mapa corresponde a la esquina inferior izquierda de la Hoja 1:50000, num 540, Checa)

Para llegar a ese puente, comienzo de la ruta, se sale de Checa hacia el sur, pasando cerca de la Ermita de San Sebastian, y siguiendo la pista se pasa por el poljé de Cubillo, una zona de cultivo que es una depresión cerrada de origen cárstico. Hay un panel explicativo. Después, una pronunciada bajada nos lleva al cauce, que se cruza por un puente nuevo donde dejamos el coche.

A partir de aquí el sendero, unas veces más evidente que otras, va siguiendo el cauce, al menos en verano seco (no en balde el río tiene el nombre que tiene). Hay un refrán en la zona que dice “el Tajo lleva la fama, y la Hoz Seca el agua”. Bueno, eso será en invierno y primavera, porque en verano, nada de nada.


A poco de comenzar, en un primer estrechamiento encontramos en el mismo lecho un abrigo sombreado, que quienes hagan el camino en verano sin duda agradecerán.


La ruta sigue por el valle, sin ningún problema ni complicación más que el hecho de que en algunos momentos parece desaparecer, para reaparecer de nuevo unas decenas de metros más adelante. Algún bosquecillo alegra el camino, aunque el paisaje podríamos denominarlo entre “áspero” y “duro”. En todo caso es una hermosura. En algún momento se gana altura por la margen derecha, para salvar algún salto del cauce.


A los dos km (más o menos) de haber comenzado llega por la margen izquierda un valle amplio, por el cual un sendero sube para definir una ruta circular que regresa al puente dónde dejamos el coche. Ese camino se llama como el cerro: del estrecho del Carangosto. En el mapa está punteado en verde, por si acaso interesa.

Siguiendo por el valle principal, vamos avanzado por los meandros pronunciados que ha trazado la Hoz Seca, comprendiendo perfectamente lo acertado tanto de lo de Hoz como lo de Seca.


Llega un momento en que de repente comenzamos a encontrar agua en el valle, que forma una especie de charcas con algo de corriente, gracias a unos manantiales allí presentes. Estos manantiales están relacionados con la Cueva y la corriente de agua de su interior, y nos dan una doble alegría: nos dan agua para refrescarnos y nos dicen que estamos llegando.


Efectivamente, doblado el meandro tras los manantiales, quizás unos quince metros sobre el cauce, se ve la gran boca de la Cueva del Tornero. Una corriente de aire frío sale de ella en verano, llegando incluso a molestar ese frescor después de la caminata y el calor (hicimos la ruta en agosto).



Una visita a parte de la cueva puede ser siempre interesante, aunque lo primero que hay que hacer es arrastrarse para pasar una gatera. Ojo, por si acaso aquí está la topografía de la cueva. Cuidado con la bifurcación, es fácil tomar una galería en vez de la otra, aunque si llevamos una brújula no tendremos dudas.

El regreso se hace por el mismo camino. Consejo: llevar agua, mucha agua si es en verano. Yo no confiaría mucho en el agua del manantial para beber, y desde luego no hay otra fuente en toda la ruta. Si que hay fuentes en Checa, donde podemos cargar agua fresca y natural.

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